SOLIDARIDAD Y APOYO MUTUO

"...advertimos a la clase patronal que ellos nos han colocado en la calle y en ese terreno estamos dispuestos a afrontar las consecuencias que de esta torpe actitud se derive, todo menos que nuestra actitud de trabajadores honrados y conscientes sea vilmente atropellada." (Comité de Huelga. Huelga General de Zaragoza, 1.934)

viernes, 30 de octubre de 2015

GRACIAS, compañera MAR.

CRÓNICA DE UN VIAJE.

    Son casi las doce de la noche. ‘Chove un pouquiño’ en Ourense. Aparece el compañero. Nos vamos a meter entre pecho y espalda unos 850 km. Tenemos que llegar para la apertura del Congreso. Pero en absoluto tenemos prisa.
     Antes de ponernos en marcha… cafecito al canto.
     La conversación del viaje no puede ser otra: todos los aspectos del Congreso. Van cayendo los kilómetros y no se acaban los argumentos.
     Tras más de 400 km. Hacemos una parada para tomar, como en el curro, ‘un refrigerio’ y para que el coche también tome otro ‘refrigerio’ y que nos lleve al destino.
     Villacastín (Segovia).
     La puerta del restaurante está cerrada. Llamamos. El camarero desde detrás de la barra nos mira y pasa de todo. Insistimos en llamar a la puerta. Misma respuesta. Después de volver a insistir, una clienta nos dice que hay un timbre a la izquierda.
     Llamamos. El camarero nos vuelva a mirar y sigue en la misma actitud. Insistimos. Tiene que venir la chiquita que estaba también tomando café a abrirnos.
     Entramos ya encabronados. Damos las buenas noches y sólo nos contesta la pareja que estaba allí. El camarero, siguiendo en su actitud, se pone ante nosotros pero no nos dice nada. Nos miramos el compa y yo y decidimos pedir.
     Tras acabar le pedimos la cuenta.
     ¡¡Por fin nos habla!! Habíamos creído que era mudo; sordo ya sabíamos que no.
     Le pagamos (¡que vaya atraco!) y le damos las buenas noches. ¡¡TODAVÍA ESTAMOS ESPERANDO RESPUESTA!!. Nos vamos, no sabemos si mosqueados o… yo qué se. Al final decidimos reírnos pues no merecía la pena el viajar así.
     Más kilómetros. Llegamos a El Puig.
     Hasta ese momento el navegador nos había llevado de puta madre. Como si el mismo supiera que éramos trabajadores y sindicalistas, antes de llevarnos hasta el lugar del comicio “nos perdió” y nos dio un par de vueltas por el Polígono de Empresas del pueblo.
     Segundo mosqueo. Y lo jodido es que esta vez es con una máquina. Pero qué ‘descuadrados’ estamos últimamente.
     Una vez hechas las presentaciones y haber desayunado, tenía que acercarme al pueblo a hacer unas gestiones.


     La compañera Mar, de la Federación Local de Valencia, se ofreció a llevarme cuando fuese a recoger a la Estación a otr@s compañeros que estaban llegando.
     La simpatía, la cordialidad y el buen talante de la compañera estaban haciendo que olvidara el trato recibido en el viaje.
     Pero, como se dice en mi tierra, NO HAY DOS SIN TRES.
     Una vez hechas las gestiones, recogido a l@s compañer@s en la estación del ferrocarril, pedí a Mar que parase para comprar tabaco.
     Entré en un bar y pedí cambio. De malos modos me dijo la camarera que no tenía. Le pedí una ‘garimba’ y me tuvo que cambiar.
     Le pido por favor que me ponga la máquina del tabaco a funcionar y me dice, de peores modos todavía: ‘Que si quiero tabaco que me acerque yo y de al botoncito.’
     Joder, ¿PERO QUE HEMOS HECHO LOS ANARQUISTAS?, ¿TANTO SE NOS NOTA? Pero… ¡¡QUE SOMOS BUENA GENTE, cojones!!
     Cuando volví (no iba a decir nada del ‘incidente’) y monté en el coche parece que  algo me dijo que tenía que contarlo. Y… ahí estaba de nuevo la compañera MAR, que con su hablar bajito, sonrisa en la boca, calmo y simpático, diálogo de música, de radios, de épocas pasadas, volvió a hacer que se me olvidara la mala hostia que se me había puesto.
     Aunque no lo creas, compañera, tu actitud sirvió para que estuviera a gusto en El Puig.

     GRACIAS COMPAÑERA MAR.